¿Por qué sangra un lunar y qué hacer?

Los lunares son grupos bien definidos de melanocitos (células que contienen el pigmento oscuro melanina) ubicados en la piel y generalmente no sangran. ¿Por qué sangra un lunar? Además de los nevos y los melanocitos epidérmicos y dérmicos, la mayoría de los lunares (los dermatólogos los llaman nevos) contienen vasos sanguíneos y, cuando crecen, aparecen lunares rojos (o nevos vasculares).

Las principales razones por las que un lunar sangra

Con mayor frecuencia, cuando un lunar rojo o cualquier otro lunar que sobresale de la piel sangra, se debe a un daño mecánico: un nevo puede tocarse accidentalmente durante la depilación, el afeitado o la limpieza intensiva con una toalla. La alteración de la integridad de los tejidos de un lunar puede deberse a la fricción constante con la ropa, especialmente en el cuello, la espalda, las axilas y los pliegues inguinales.

Algunos lunares tienen pelos gruesos que crecen en el centro. Con frecuencia, al eliminarlos (por ejemplo, con pinzas o afeitándolos) también se produce un pequeño sangrado.

Cuando las mujeres, al usar exfoliantes para limpiar la piel del rostro, la frotan con demasiada fuerza, no es sorprendente que un lunar en la cara sangre.

Los fanáticos del bronceado natural, así como aquellos que les gusta visitar un solárium, pueden estar familiarizados con la situación en la que un lunar se agrieta y sangra debido al secado excesivo de la piel bajo la influencia de la luz ultravioleta.

Afortunadamente, la mayoría de los lunares son benignos. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que los lunares sangrantes pueden ser un signo alarmante de malignidad y del desarrollo de melanoma. Muchos nevos son hereditarios y se transmiten genéticamente de generación en generación. Estos nevos atípicos (displásicos) hereditarios pueden ser más grandes que el tamaño promedio de los lunares y presentar una forma irregular o un color atípico. Los expertos afirman que estos lunares tienen una probabilidad mucho mayor de convertirse en melanoma.

Por eso, si tienes un lunar en la cara, el pecho, la espalda o cualquier otro lugar sangra, debes aplicarle una compresa estéril (sujetarla con cinta adhesiva) y enviarlo a un dermatólogo.

¿Qué hacer si un lunar sangra?

Según la Academia Americana de Dermatología, una de las causas más graves del sangrado de lunares es su transformación en cáncer de piel (melanoma). En este caso, el sangrado puede comenzar espontáneamente, sin ninguna influencia externa ni irritante.

Aquí hay cinco señales de advertencia del melanoma:

• a: asimetría del lunar;
• b: falta de límites claros;
• c: cambios de color;
• d: diámetro mayor de 6-8 mm;
• e: elevación significativa por encima de la superficie de la piel.

Los nevos congénitos tienen mayor probabilidad de degenerar en melanoma que los lunares que aparecen después del nacimiento, especialmente si son grandes. Se han identificado dos genes predisponentes al melanoma: CDKN2A y CDK4. Si bien, según la mayoría de los expertos, estos genes por sí solos no proporcionan una explicación exhaustiva de la patogénesis de la malignidad de las células normales de un lunar, la influencia negativa de los factores ambientales (en particular, la luz solar) también influye.

Es fundamental detectar el melanoma en sus primeras etapas para prevenir su propagación. El melanoma es tratable y puede extirparse quirúrgicamente o con láser.

Si un lunar sangra, los dermatólogos recomiendan consultar a un médico.