Sangre después de la quimioterapia

Las células sanas normales del cuerpo humano se dividen bastante lentamente, por lo que no son tan susceptibles a la supresión por parte de los citostáticos (medicamentos de quimioterapia).

Pero esto no aplica a las células de la médula ósea, que desempeñan la función hematopoyética. Estas también se dividen rápidamente, como las células malignas, y por lo tanto, son susceptibles de ser destruidas por la terapia debido a su rápida tasa de división.

La quimioterapia tiene graves efectos secundarios para el sistema hematopoyético humano. Tras un ciclo de quimioterapia, la sangre del paciente se vuelve mucho más pobre en su composición. Esta condición se denomina mielosupresión o pancitopenia, una disminución drástica de todos los elementos en la sangre debido a una alteración de la función hematopoyética. Esto afecta al nivel de leucocitos, plaquetas, eritrocitos, etc., en el plasma sanguíneo.

Los fármacos quimioterapéuticos se distribuyen por todo el organismo a través del torrente sanguíneo y, en sus puntos de destino —los focos de tumores malignos—, tienen un efecto destructivo sobre las células cancerosas. Sin embargo, los propios componentes sanguíneos también sufren el mismo efecto, dañándose.

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VSG después de la quimioterapia

La VSG es un indicador de la velocidad de sedimentación globular (VSG) y puede determinarse mediante un análisis de sangre general. Al analizar el estado sanguíneo del paciente, el último dígito indicará el nivel de VSG.

El análisis se realiza de la siguiente manera: se añade a la sangre una sustancia que impide su coagulación y el tubo de ensayo se deja en posición vertical durante una hora. La gravedad hace que los glóbulos rojos se depositen en el fondo del tubo. Después, se mide la altura del plasma sanguíneo amarillo transparente formado en una hora; este ya no contiene glóbulos rojos.

Después de la quimioterapia, la VSG del paciente está elevada, ya que hay un número reducido de glóbulos rojos en la sangre, lo que se debe a un daño en el sistema hematopoyético del paciente y a una anemia grave.

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Linfocitos después de la quimioterapia

Los linfocitos son un grupo de leucocitos y sirven para reconocer agentes dañinos para el organismo y neutralizarlos. Se producen en la médula ósea humana y funcionan activamente en el tejido linfoide.

El estado del paciente tras la quimioterapia se caracteriza por la llamada linfopenia, que se manifiesta en una disminución de los linfocitos en sangre. Al aumentar la dosis de quimioterapia, el número de linfocitos en sangre disminuye drásticamente. Al mismo tiempo, la inmunidad del paciente también se deteriora, lo que lo deja desprotegido contra las enfermedades infecciosas.

Leucocitos después de la quimioterapia

Los leucocitos son glóbulos blancos que incluyen células de diferente apariencia y función: linfocitos, monocitos, neutrófilos, eosinófilos y basófilos. En primer lugar, en el cuerpo humano, los leucocitos desempeñan una función protectora contra agentes patógenos de origen externo o interno. Por lo tanto, la función de los leucocitos está directamente relacionada con el nivel de inmunidad y el estado de la capacidad protectora del organismo.

El nivel de leucocitos en sangre tras un ciclo de quimioterapia disminuye drásticamente. Esta afección es peligrosa para el organismo en general, ya que la inmunidad del paciente disminuye y se vuelve susceptible incluso a las infecciones más simples y a los microorganismos dañinos. La resistencia del organismo se reduce considerablemente, lo que puede provocar un deterioro grave de la salud.

Por lo tanto, una medida necesaria después de someterse a quimioterapia es aumentar el nivel de leucocitos en la sangre.

Plaquetas después de la quimioterapia

Tras un ciclo de quimioterapia, se observa una disminución drástica del número de plaquetas en la sangre del paciente, denominada trombocitopenia. Esta condición sanguínea después del tratamiento es peligrosa para la salud del paciente, ya que las plaquetas afectan la coagulación sanguínea.

El uso de dactinomicina, mutamivina y derivados de nitrosourea en quimioterapia afecta gravemente a las plaquetas.

La disminución del número de plaquetas en la sangre se manifiesta por la aparición de hematomas en la piel, sangrado de las membranas mucosas de la nariz, encías y tracto digestivo.

El tratamiento de la trombocitopenia se selecciona según la gravedad de la enfermedad. Los grados bajos y moderados de la enfermedad no requieren un tratamiento especial. Sin embargo, la enfermedad grave y potencialmente mortal requiere transfusiones de plaquetas. Si el nivel de plaquetas en sangre es bajo, se puede posponer el siguiente ciclo de quimioterapia o reducir la dosis de los medicamentos.

Para aumentar el nivel de plaquetas en la sangre, es necesario recurrir a ciertas medidas:

1. El etamzilato o la dicinona son medicamentos que promueven la coagulación sanguínea sin afectar el recuento de plaquetas. Están disponibles en comprimidos y soluciones inyectables.
2. Derinat es un medicamento a base de ácidos nucleicos de salmón, disponible en gotas o inyecciones.
3. El metiluracilo es un fármaco que mejora el trofismo de los tejidos del cuerpo humano y ayuda a acelerar los procesos de regeneración.
4. La prednisolona es un medicamento que se utiliza junto con la quimioterapia.
5. Sodekor es un medicamento elaborado a base de una mezcla de infusiones de hierbas. Se utiliza en el tratamiento de enfermedades respiratorias. Además, es sin duda el medicamento más eficaz para aumentar el nivel de plaquetas. Literalmente, "ante nuestros ojos": tras tres o cuatro días de uso, el número de plaquetas se normaliza.
6. Es necesario tomar preparados de vitaminas del grupo B, vitamina C, calcio, magnesio y zinc, y lisina.
7. Uso de productos que contienen ácidos nucleicos en la alimentación: caviar rojo, frutos secos (avellanas, nueces, piñones y almendras), semillas, legumbres, semillas de sésamo y lino, granos germinados de cereales, brotes frescos de legumbres, bayas y frutas con granos pequeños: fresas, fresas silvestres, higos, moras, frambuesas y kiwi. También son útiles las verduras en grandes cantidades, así como las especias: cilantro, clavo y azafrán.

Hemoglobina después de la quimioterapia

Las consecuencias de la quimioterapia son la supresión de la hematopoyesis, es decir, la función hematopoyética, que también afecta la producción de glóbulos rojos. El paciente experimenta eritrocitopenia, que se manifiesta por un bajo recuento de glóbulos rojos en sangre, así como una disminución del nivel de hemoglobina, lo que resulta en anemia.

El nivel de hemoglobina en la sangre se vuelve crítico, especialmente después de ciclos repetidos de quimioterapia, así como con una combinación de quimioterapia y radioterapia.

Aumentar el nivel de hemoglobina tras un tratamiento de quimioterapia aumenta las posibilidades de recuperación de los pacientes, ya que el nivel de hemoglobina en sangre afecta directamente la supervivencia de los pacientes con cáncer.

Anemia después de la quimioterapia

La anemia es una disminución drástica del número de glóbulos rojos (eritrocitos) en la sangre, así como de la hemoglobina, una proteína presente en los glóbulos rojos. Todos los pacientes con cáncer experimentan anemia leve o moderada después de la quimioterapia. Algunos pacientes presentan anemia grave.

Como se mencionó anteriormente, la causa de la anemia es la supresión del funcionamiento de los órganos hematopoyéticos, el daño a las células sanguíneas, lo que afecta negativamente la fórmula de la sangre y su composición.

Los síntomas de la anemia incluyen:

• la aparición de piel pálida y ojeras bajo los ojos;
• la aparición de debilidad en todo el cuerpo y aumento de la fatiga;
• la aparición de dificultad para respirar;
• la presencia de un latido cardíaco fuerte o sus interrupciones - taquicardia.

La anemia en pacientes con cáncer después de la quimioterapia puede durar años, lo que requiere medidas efectivas para su tratamiento. La anemia leve y moderada no requiere terapia intensiva; basta con cambiar la dieta y tomar medicamentos que mejoren la composición sanguínea. En caso de anemia grave, es necesario recurrir a transfusiones de sangre o a un análisis de la masa de glóbulos rojos, entre otras medidas. Esto se detalló en las secciones sobre el aumento del nivel de glóbulos rojos y hemoglobina.

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ALT después de la quimioterapia

La ALT (alanina aminotransferasa) es una proteína (enzima) especial que se encuentra en las células del cuerpo humano y participa en el intercambio de aminoácidos, de los cuales están compuestas las proteínas. La ALT está presente en las células de ciertos órganos: el hígado, los riñones, los músculos, el corazón (en el miocardio) y el páncreas.

La AST (aspartato aminotransferasa) es una proteína (enzima) especial que también se encuentra dentro de las células de ciertos órganos: el hígado, el corazón (en el miocardio), los músculos, las fibras nerviosas; los pulmones, los riñones y el páncreas la contienen en cantidades más pequeñas.

Los niveles elevados de ALT y AST en sangre indican daño moderado o grave en el órgano que contiene esta proteína. Tras un ciclo de quimioterapia, se observa un aumento de las enzimas hepáticas (ALT y AST) en el suero sanguíneo. Estos cambios en los resultados de las pruebas de laboratorio indican, en primer lugar, daño hepático tóxico.

Los medicamentos de quimioterapia tienen un efecto depresor no solo sobre la médula ósea, sino también sobre otros órganos de la hematopoyesis: el bazo, etc. Y cuanto mayor sea la dosis de los medicamentos, más notorios serán los resultados del daño a los órganos internos y más se suprimirá la función hematopoyética.

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¿Cómo aumentar los glóbulos blancos después de la quimioterapia?

Los pacientes con cáncer a menudo se preguntan: ¿cómo aumentar los glóbulos blancos después de la quimioterapia?

Existen varios métodos comunes, que incluyen:

1. Tomar Granacite y Neupogen, fármacos de efecto potente; Leukogen, de efecto moderado; Immunofal y Polyoxidonium, de efecto suave. También están indicados los fármacos con factor de crecimiento de granulocitos: Filgrastim y Lenograstim, que ayudan a estimular la producción de leucocitos en la médula ósea. Cabe recordar que solo un médico puede prescribir el tratamiento adecuado.
2. Cambios en la dieta que requieren la inclusión de caldos de pollo y carne, mejillones, pescado guisado y al horno, verduras - remolacha, zanahoria, calabaza, calabacín en la dieta del paciente.
3. Se recomienda consumir pescado rojo y caviar, así como pequeñas cantidades de vino tinto natural. Todas las frutas rojas, verduras y bayas son beneficiosas.
4. Es recomendable desayunar trigo sarraceno con kéfir, que se prepara de la siguiente manera: por la noche, se añade la cantidad necesaria de cereal con agua, por la mañana se añade kéfir y ya está listo.
5. La miel tiene propiedades beneficiosas, se debe consumir dos veces al día antes de las comidas en cantidades de cuarenta a sesenta gramos.
6. Es bueno consumir achicoria y lentejas germinadas: una cucharada dos veces al día.
7. La tintura de nueces también ayuda a elevar el nivel de leucocitos. Se colocan las nueces peladas en un frasco de vidrio con agua. Después, se deja reposar la mezcla a la luz, pero sin exponerla directamente a la luz solar, durante dos semanas, y luego se traslada a un lugar oscuro. La tintura debe tomarse tres veces al día, una cucharada a la vez, durante al menos un mes.
8. Se recomienda beber una decocción de cebada, que se prepara con un vaso y medio de grano hervido en dos litros de agua. El líquido se lleva a ebullición y luego se cuece a fuego lento hasta que se reduzca a la mitad. La decocción se bebe media hora antes de las comidas, tres veces al día, a razón de cincuenta mililitros. Para obtener mejores resultados y sabor, se puede añadir un poco de miel o sal marina.
9. La decocción de avena también es buena para este propósito. Se llena una cacerola pequeña hasta la mitad con grano lavado, se vierte leche en la parte superior del recipiente y se lleva a ebullición. Después, la decocción se cuece en un baño de vapor durante veinte minutos. Se toma en pequeñas cantidades varias veces al día.
10. Se machacan cinco cucharadas de escaramujo y se añaden a un litro de agua. La bebida se lleva a ebullición y se cuece a fuego lento durante diez minutos más. Después, la decocción se envuelve y se deja en infusión durante ocho horas. Se toma a lo largo del día como té.
11. El paciente necesita beber abundante líquido, que contiene muchas vitaminas. Se recomiendan zumos recién hechos, bebidas de frutas, compota y té verde.

¿Cómo aumentar la hemoglobina después de la quimioterapia?

Los pacientes después de un ciclo de quimioterapia se preguntan: ¿cómo aumentar la hemoglobina después de la quimioterapia?

Puede aumentar su nivel de hemoglobina de las siguientes maneras:

1. Una dieta específica debe ser acordada con el médico tratante. La dieta del paciente debe incluir sustancias que normalicen la composición sanguínea, como hierro, ácido fólico, vitamina B12, etc. Es necesario tener en cuenta que un contenido excesivo de estos componentes en los alimentos puede acelerar la reproducción de células malignas. Por lo tanto, la dieta de un paciente con cáncer debe ser equilibrada, y el médico tratante prescribe estos elementos en forma de medicamentos.
2. Si el nivel de hemoglobina ha descendido por debajo de 80 g/l, el especialista prescribirá un procedimiento de transfusión de glóbulos rojos.
3. Una caída brusca de los niveles de hemoglobina puede prevenirse mediante una transfusión de sangre completa o glóbulos rojos antes de la quimioterapia. Esta medida también es necesaria inmediatamente después de finalizar el tratamiento. Sin embargo, es necesario tener en cuenta que las transfusiones frecuentes de sangre (o sus componentes) provocan sensibilización del organismo del paciente, que posteriormente se manifiesta en la aparición de reacciones alérgicas tras la transfusión.
4. Las eritropoyetinas aumentan eficazmente los niveles de hemoglobina. Estos fármacos estimulan la producción de glóbulos rojos, lo que acelera la producción de hemoglobina (siempre que el organismo cuente con todas las sustancias necesarias para ello). Con la ayuda de las eritropoyetinas, se ejerce un efecto directo sobre la médula ósea de forma selectiva. Los resultados de la acción del fármaco se hacen evidentes poco después de iniciar su uso, por lo que se recomienda recetarlo inmediatamente después de detectar la anemia. Estos fármacos son caros; entre ellos, "Eprex" y "Neorecormon" se consideran asequibles para nuestros pacientes.
5. Puedes usar una mezcla especial "sabrosa", que se prepara de la siguiente manera: mezcla a partes iguales nueces, albaricoques secos, pasas, ciruelas pasas, higos y limón. Tritura todo bien en una licuadora y adereza con miel. Esta "medicina" se toma una cucharada tres veces al día. Guarda la mezcla en un frasco de vidrio con tapa en el refrigerador.
6. El consumo de verduras, especialmente perejil, ajo, carne de res hervida y hígado, tiene un efecto positivo en los niveles de hemoglobina.
7. Entre los jugos recién preparados, destacan el de granada, remolacha y rábano.
8. Necesita beber mezclas de jugos frescos: remolacha y zanahoria (cien gramos de cada jugo); jugo de manzana (medio vaso), jugo de remolacha (un cuarto de vaso), jugo de zanahoria (un cuarto de vaso); tómelos dos veces al día en ayunas. Una mezcla de un vaso de jugo de manzana, jugo de arándano casero y un cuarto de vaso de jugo de remolacha también eleva la hemoglobina.