El comienzo del año en Estados Unidos estuvo marcado por la gripe y los resfriados, pero culminó con brotes de meningitis fúngica, fiebre del Nilo y hantavirus que se cobraron la vida de cientos de personas. Treinta y nueve personas en diecinueve estados murieron a causa de meningitis fúngica. Resultó que la causa fue la negligencia de los farmacéuticos. Más de 600 estadounidenses lograron sobrevivir, pero la enfermedad les causó sufrimiento físico y mental.