Síntomas de la hepatitis E

El período de incubación no se ha establecido con precisión, pero existen razones para creer que oscila entre 10 y 40 días, con un máximo de 7 semanas. En un experimento de infección voluntaria, se registró un período de incubación de 36 días.

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Primeros síntomas de la hepatitis E

Los síntomas de la hepatitis E comienzan gradualmente con la aparición de signos astenodispépticos. Se observa debilidad, que aumenta en 3-4 días, pérdida de apetito, náuseas y dolor abdominal. El aumento de la temperatura corporal es poco frecuente. La orina oscura aparece entre el 3 y el 4.º día desde el inicio de la enfermedad. El período preictérico dura de 1 a 10 días. La ictericia puede alcanzar su máxima gravedad en pocas horas, pero es más frecuente que se desarrolle en 2-3 días. Con la aparición de la ictericia, los síntomas de intoxicación, a diferencia de la hepatitis A, no desaparecen. Los pacientes continúan sintiendo debilidad, falta de apetito, se quejan de dolor en la región epigástrica e hipocondrio derecho, y pueden presentar prurito y fiebre baja. Estos síntomas de hepatitis E persisten durante varios días después del desarrollo de la ictericia. Casi todos los pacientes en el período ictérico presentan un hígado agrandado palpable. Se observa un bazo agrandado en el 68,6% de los casos.

Signos de la hepatitis E en el punto álgido de la enfermedad

En el punto álgido del período ictérico, se observa hiperbilirrubinemia: un exceso de los valores normales de 2 a 10 veces, y la fracción conjugada representa entre 1/2 y 2/3 del nivel total de bilirrubina. La hiperbilirrubinemia puede alcanzar valores elevados, mientras que la actividad de ALT y AST aumenta de 5 a 10 veces. La actividad de la fosfatasa alcalina aumenta. Los valores de la prueba de timol fluctúan dentro del rango normal o aumentan ligeramente (no más de 1,5 veces). Se observa una disminución significativa del título de sublimados, por debajo de 0,0016 l.

La duración del período ictérico es de 2 a 3 semanas. En el período postictérico, el tamaño del hígado se normaliza gradualmente y los valores de enzimas hepatocelulares y del sedimento se normalizan.

Para la evaluación clínica de esta enfermedad, es recomendable utilizar la clasificación generalmente aceptada de la hepatitis viral. En este caso, se caracterizan el tipo, la gravedad y la evolución de la enfermedad. En el caso de la hepatitis E, se registran las formas más diversas de la enfermedad, desde anictérica y borrada hasta casos graves; se han descrito formas malignas de la enfermedad.

Evolución y pronóstico de la hepatitis E

Los síntomas de la hepatitis E se caracterizan por una evolución aguda. Estudios histológicos realizados en convalecientes varios meses después de la enfermedad mostraron una reparación morfológica completa del tejido hepático. No se observó el desarrollo de hepatitis crónica como consecuencia de esta enfermedad.