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Celulitis y abscesos cutáneos en perros
Último revisado: 04.07.2025
La celulitis es un proceso infeccioso que afecta la piel y la grasa subcutánea. En la mayoría de los casos, es causada por heridas punzantes, laceraciones, arañazos profundos y mordeduras. Su desarrollo generalmente se puede prevenir con un tratamiento adecuado de las heridas.
La zona afectada por la celulitis estará sensible a la presión, más caliente que la piel circundante, no tan suave como de costumbre y se verá más roja de lo habitual. A medida que la infección se extiende más allá de la herida, es posible que sienta bandas sensibles bajo la piel, que son vasos linfáticos inflamados. Además, los ganglios linfáticos regionales en la ingle, las axilas o el cuello pueden aumentar de tamaño para contener la infección.
Un absceso cutáneo es una bolsa de pus localizada debajo de la epidermis. Los granos, las pústulas, los forúnculos y los abscesos son ejemplos de abscesos cutáneos pequeños. Un absceso grande se siente como líquido bajo presión.
Tratamiento: Recorte el vello para ayudar a localizar la infección. Aplique compresas tibias durante 15 minutos tres veces al día. Se pueden usar compresas de sal (1 cucharadita: 10 g de sal de mesa, 1 l de agua) o de Epsom (1/4 de taza: 33 g de sal de Epsom, 1 l de agua). Las astillas y los cuerpos extraños bajo la piel siguen siendo focos de infección y deben eliminarse.
Los granos, pústulas, forúnculos, abscesos y úlceras que no se rompen (drenan) por sí solos deben ser drenados por un veterinario. Si la cavidad es lo suficientemente grande, su veterinario podría indicarle que la enjuague una o dos veces al día con una solución quirúrgica antiséptica diluida, como clorhexidina, hasta que cicatrice. En el caso de un absceso grande, su veterinario podría colocar un drenaje para acelerar la curación.
Para el tratamiento de infecciones de heridas, celulitis, abscesos y otras piodermias, se pueden recetar antibióticos en comprimidos e inyectables.
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