¿Cómo y a qué jugar con un niño de 1,5-2 años?

Después del año y medio, se necesitan diversos juguetes con forma de cuento y más detalles para jugar. Por ejemplo, es recomendable que el muñeco tenga los dedos de las manos y los pies marcados, un lazo en la cabeza y zapatos. El muñeco debe ser móvil, el material del que está hecho debe asemejarse a la carne viva (los brazos y las piernas deben doblarse); en resumen, debe parecer una persona. Entonces, jugar con él será más difícil y, por lo tanto, más educativo. Puedes sentarlo, caminar por el suelo, acostarlo y bañarlo. Es recomendable que los juguetes con forma de cuento, como los coches y los materiales de construcción, estén plegados juntos, pero separados de la vajilla o los muebles. Así, el niño podrá elegir con qué jugar. Si los juguetes se amontonan, el inicio del juego se retrasará, ya que, tras coger un juguete y empezar a jugar con él, verá otro de otro conjunto y empezará a jugar con él, y luego con otro. Puedes decirle: "¿Y qué? ¡Que juegue con lo que quiera!". Pero ya hemos acordado contigo que un juego es un proceso de aprendizaje. Su significado debe ser completo. Al fin y al cabo, si al darte una clase de matemáticas se incluyen fragmentos de literatura, biología e historia, es poco probable que entiendas nada. Así pues, en un juego infantil (que, por cierto, deberías dirigir), debe haber un principio, una base y un final: el niño toma un camión de juguete, tararea como si arrancara el motor, busca los cubos, los carga en la parte trasera, los lleva a una obra imaginaria y empieza a construir una casa o algo con ellos. Y después de construirla, debe volver a colocar los juguetes en su lugar. Para que le resulte interesante, debes pedirle que vuelva a cargar el camión con los cubos y los lleve al lugar de donde los sacó.

Al año y medio, los niños realizan de 3 a 4 tareas sencillas de juego con diferentes juguetes (dar de comer a las muñecas y animales de juguete, acostarlos, llevarlos en coche o cochecito). Los adultos deben comentar el juego o incluso guiar al niño. Por ejemplo, puedes pedirle que alimente a la muñeca: "Alimenta a la muñeca" o "Llévala al zoológico". El niño puede realizar una sola acción de juego (acercarle una taza o cuchara a la cara una vez y luego dejar los juguetes). Pero si le ofreces otra opción para continuar el juego, poco a poco se irá enganchando y repetirá con gusto las acciones de juego. Y no solo con esta muñeca, sino también con otras muñecas o animales.

Los adultos pueden (y deben) ayudar al niño en el juego, especialmente con juguetes nuevos. Al elegir un juguete nuevo, primero hay que nombrarlo, luego mostrarle al niño qué puede hacer y cómo jugar con él, acompañando sus acciones con una historia. Después, hay que pedirle al niño que diga qué tipo de juguete es para que repita su nombre. Después, pídele que haga las mismas acciones con el juguete que tú. Si el niño no solo repite tus acciones, sino que además aporta algo nuevo al juego, definitivamente debes elogiarlo: "¡Qué buena idea!".

Jugar con muñecas es muy útil. Al cuidarla, los niños (generalmente niñas) no solo desarrollan la capacidad y la habilidad de dedicarse con alegría al cuidado y al trabajo por el bien de otra criatura, aunque sea imaginaria, sino que también adquieren diversas habilidades laborales útiles. Por ejemplo, al atarle los zapatos, los niños más tarde podrán atar los suyos; al abrocharle el vestido, más tarde podrán abrocharse los suyos.

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