Indicaciones de la ecografía hepática

Las indicaciones para la ecografía hepática son una lista de diversos parámetros, síntomas clínicos y datos de laboratorio. La ecografía hepática es parte integral del diagnóstico gastroenterológico. La ecografía de este órgano multifuncional ayuda al médico a evaluar el estado, la estructura y los cambios patológicos del hígado, comparar los datos obtenidos con la norma y determinar el diámetro de los conductos biliares.

Indicaciones generales de la ecografía hepática:

• Cualquier dato – de laboratorio, clínico, anamnésico, que indique un cambio en el estado del hígado;
• Dolor en la región abdominal derecha;
• Sospechas de neoplasias en el hígado;
• Identificación y especificación de la etiología de un foco patológico detectado por otros métodos diagnósticos;
• Evaluación y pronóstico de las metástasis: su tamaño, ubicación, cantidad;
• Hipertensión portal (aumento del flujo sanguíneo);
• Punción percutánea (procedimiento intervencionista) para aclarar la lesión focal;
• Enfermedad poliquística;
• Presunto absceso;
• Equinococosis (helmintiasis);
• Enfermedades ginecológicas;
• Signos de ascitis;
• Cualquier lesión en la región epigástrica;
• Monitorización de la eficacia terapéutica en el tratamiento hepático;
• Exámenes de dispensario (preventivos).

La ecografía goza de merecido reconocimiento como un método importante y bastante preciso para la detección de órganos relacionados con la cavidad abdominal. Entre los estudios similares, la ecografía hepática ocupa uno de los primeros puestos. Esto se debe a que el hígado es un objeto predilecto para la ecografía: su parénquima se reconoce como el estándar para la preparación y configuración de todos los parámetros del estudio. En términos de estructura, un hígado normal debe ser uniforme (homogéneo) y posee mejores propiedades ecogénicas (refleja una señal) que el parénquima renal. Por esta razón, las indicaciones de la ecografía hepática son tan amplias. El valor informativo de la ecografía hepática es indudable y ayuda al médico a realizar un diagnóstico preciso para prescribir un tratamiento eficaz.

Las indicaciones de la ecografía hepática pueden ser variables y atípicas para la práctica gastroenterológica, pero son precisamente estas acciones no estándar las que ayudan a diferenciar las manifestaciones clínicas de etiología (causa) poco clara.

La ecografía (ultrasonido) del hígado revela las siguientes enfermedades:

• Hepatitis;
• Localización y número de focos patológicos secundarios (metástasis);
• Número y tamaño de los quistes;
• Cirrosis, sus etapas;
• Formaciones benignas (hemangiomas);
• Calcificaciones;
• Endoflebitis de las venas hepáticas (síndrome de Budd-Chiari)
• Patología del sistema vascular de la vena porta (hipertensión portal);
• Tumor maligno (hepatoma);
• Infiltración grasa (esteatosis).

El examen de ultrasonido no revela la enfermedad, pero muestra con bastante claridad desviaciones patológicas en la estructura, los tejidos y el funcionamiento del hígado, que se desarrollan como consecuencia de la enfermedad.

Lamentablemente, las indicaciones para la ecografía hepática coinciden con las patologías que el estudio busca identificar. A continuación, se presenta una breve lista y descripción de los problemas diagnosticados con la ecografía:

• La hepatitis es crónica, con síntomas poco claros y una evolución lenta. La ecografía revela un hígado agrandado, un parénquima de estructura heterogénea debido a un proceso fibroso o inflamatorio, y un patrón vascular poco claro.
• Hepatitis aguda. El hígado también aumenta de tamaño, su densidad y estructura se alteran, presentando heterogeneidad y edemas tisulares.
• Cirrosis de diversas etiologías. El tejido hepático se esclerosa, su tamaño aumenta si la cirrosis es incipiente y, en etapas posteriores, el hígado se reduce. Los lóbulos son irregulares, con contornos irregulares y poco definidos. El parénquima también pierde su homogeneidad y aparecen nódulos similares a focos. Es posible la hipertensión portal y la hepatomegalia; la vena esplénica, al igual que el propio bazo, aumenta considerablemente de tamaño.
• Esteatosis (infiltración grasa) de etiología alcohólica. Entre las causas pueden estar la diabetes, el sobrepeso y la intoxicación por fármacos. El hígado está agrandado y el patrón vascular es incierto.
• Trastorno del flujo venoso (síndrome de Budd-Chiari). Estrechamiento de la luz de las venas hepáticas, visión venosa deficiente (especificada mediante angiografía).
• Patología maligna: metástasis, que son más frecuentes que el proceso oncológico primario en el hígado. Desafortunadamente, las metástasis rara vez son únicas; por lo general, son múltiples (en el 90 % de los casos).
• El carcinoma o hepatoma es un proceso oncológico maligno potencialmente mortal en el hígado, que progresa rápidamente. Suele ser consecuencia de hepatitis, patologías difusas y cirrosis.
• Tumores benignos (hemangiomas), más comunes en mujeres. Se presentan sin síntomas evidentes y pueden ser capilares o cavernosos. La ecografía es la primera etapa del examen, que se complementa con una resonancia magnética (TC) y una ecografía de control a los seis meses.
• Equinococosis (helmintiasis), quistes, abscesos, formas simples y atípicas. Las formas simples se diagnostican mediante ecografía con alta precisión.
• Consecuencias de infecciones, generalmente bacterianas: calcificaciones. Estas calcificaciones son provocadas por malaria, amebiasis, giardiasis y tuberculosis. Se diagnostican con rapidez y precisión mediante ecografía.

Las indicaciones para la ecografía hepática pueden basarse en quejas subjetivas del propio paciente; además, cualquier desviación de la norma en los análisis bioquímicos justifica la realización de una ecografía. Las ecografías son muy importantes en niños, ya que no pueden evaluar ni describir correctamente su estado, especialmente en lo que respecta al hígado. En este caso, un médico competente y atento resulta de gran ayuda, y, por supuesto, un diagnóstico completo, que incluye la ecografía.

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