Durante el sueño, el cuerpo emprende actividades de autocuración

Cuando nos disponemos a descansar, adoptamos la postura más cómoda posible y la cambiamos muchas veces durante la noche. Los científicos se preguntaron qué podrían significar estas posiciones y movimientos incontrolados.

Casi nadie se ha planteado seriamente por qué una persona duerme en una determinada posición. Es más, muchos están seguros de que elegimos nuestra postura para dormir conscientemente. Sin embargo, los científicos tienden a creer que, desde el momento en que el cuerpo se duerme, se desencadenan en él procesos y reacciones tan complejos como en el período de vigilia.

Anteriormente, los investigadores sugerían que los cambios periódicos en la posición corporal reflejan diversos factores psicológicos internos. El primero en hablar de esto fue el Dr. S. Dunkell hace casi cinco décadas. Pero los descubrimientos actuales han cambiado por completo la opinión de los especialistas, mostrando un panorama radicalmente diferente.

El psicólogo canadiense D. De Koninck ha probado una nueva técnica de congelación de imagen para investigar los cambios en la postura de las personas durante el sueño. Como resultado de este trabajo, el científico refutó por completo la hipótesis previamente planteada de que las posturas al dormir revelan cualidades psicológicas de una persona. Resultó que las posiciones y los movimientos corporales durante el sueño dependen no tanto de la comodidad o el carácter, sino de las características fisiológicas. Por ejemplo, muchas personas mayores, inconscientemente, empiezan a dormir sobre el lado derecho: fisiológicamente, esto ayuda a estabilizar los valores de la presión arterial.

Es imposible tener un control total sobre la postura durante el sueño. Un ejemplo de ello es el intento de prevenir la apnea del sueño o los ronquidos, donde los pacientes deben adoptar posiciones corporales específicas y usar dispositivos adicionales para mejorar la respiración durante el sueño. Estos dispositivos vienen en diseños relativamente simples y complejos, y a menudo obligan a la persona a adoptar una postura incómoda o desconocida para dormir. Sin embargo, los expertos lo tienen claro: es muy difícil cambiar las preferencias para un descanso confortable, por lo que la mayoría de los pacientes con apnea abandonan tarde o temprano este "tratamiento", ya que la calidad de su descanso nocturno empeora significativamente.

La investigación sobre las posturas corporales nocturnas continúa. En particular, experimentos con animales han demostrado que, en algunos casos, dormir de lado mejora la desintoxicación cerebral e incluso reduce el riesgo de demencia. Aún se desconoce si estos mismos procesos ocurren en el cerebro humano.

Los científicos aseguran que si una persona tiene sueño por la mañana y no experimenta molestias ni debilidad, podemos asumir que su postura al dormir es óptima. Para que el cuerpo descanse y se recupere bien, es importante no preocuparse por la postura correcta ni intentar controlarla, ya que así el cuerpo elegirá la más cómoda.

Obtenga más información en National Geographic