El aumento del busto provocó la activación de la tuberculosis en una mujer

Una madre cariñosa de cuatro hijos falleció de un paro cardíaco varios años después de someterse a una cirugía de aumento de senos. Los implantes mamarios habían despertado bacterias de tuberculosis latentes en su organismo.

Durante gran parte de su vida, la inglesa Kerry Elia odió su pecho plano y soñó con lograr unas formas más envidiables. Durante muchos años, ahorró dinero para cirugía plástica, algo difícil para una madre de cuatro hijos. Pero finalmente, su sueño se hizo realidad y los médicos le realizaron una cirugía de aumento de pecho.

Sin embargo, los implantes mamarios, que le costaron a Kerry 3750 libras, la estaban matando lentamente. Un año y medio después, la mujer comenzó a toser con fuerza. Las radiografías mostraron la presencia de una peligrosa enfermedad pulmonar: tuberculosis. Los médicos no están seguros de dónde exactamente contrajo Kerry esta infección. Pero existe la teoría de que la bacteria de la tuberculosis había estado en el cuerpo de la mujer durante muchos años en un estado inactivo y latente. Y el aumento de pecho provocó su activación. Sin embargo, nadie en su familia dudó ni un segundo de que los antibióticos eliminarían la tuberculosis, lo que aparentemente ocurrió pronto.

Pero después de un tiempo, uno de los implantes explotó y se abrió un enorme orificio en el pecho, por el que empezó a sangrar. En el hospital, se descubrió que la tuberculosis había reaparecido y que sus bacterias habían "comido" el tejido cicatricial. El riesgo de infección era muy alto, por lo que tuvieron que retirar los implantes. Un año después, se los volvieron a colocar, pero el segundo implante explotó y se los retiraron definitivamente.

El aumento de senos dejó a cuatro niños huérfanos. Repetidas pruebas revelaron la presencia de Staphylococcus aureus en su cuerpo, que fue tratado con éxito. Un año después, la tuberculosis reapareció, causándole un bulto en el seno. No era un tumor, sino tejido cicatricial de cirugías previas que se infectó. Los médicos le aconsejaron a Kerry que se extirpara el seno izquierdo, pero ella decidió someterse a una mastectomía doble para acabar con todas las dolencias de una vez por todas.

La maldita tuberculosis reapareció por tercera vez pocas semanas después de la operación. Esta vez, la mujer ya no respondía a la medicación y los cirujanos tuvieron que extirparle parte del pulmón. La operación fue un éxito y Kerry recibió el alta. Un mes después, comenzó a sangrar por la noche. Fue hospitalizada de nuevo, esta vez la última. Dos días después, falleció en cuidados intensivos por un paro cardíaco causado por una hemorragia interna masiva.