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La educación protege el intelecto de las influencias externas
Último revisado: 01.07.2025
La exposición a solventes en el trabajo puede estar asociada con capacidades cognitivas más pobres más adelante en la vida, particularmente en aquellas personas con educación inferior a la secundaria.
Pero la inteligencia de las personas con mayor nivel educativo no se resiente, incluso si se exponen a la misma cantidad de disolventes, afirman científicos de la Universidad de Harvard (EE.UU.).
El estudio involucró a 4134 empleados de una empresa nacional francesa de gas y energía; la mayoría de los participantes habían trabajado en la empresa toda su vida. Los investigadores evaluaron su exposición a cuatro tipos de disolventes: clorados, derivados del petróleo, bencénicos y no bencénicos. Los participantes realizaron las pruebas de razonamiento aproximadamente a los 59 años, cuando el 91 % ya se había jubilado.
El 58% de los sujetos tenía un nivel educativo inferior a la secundaria. De estos, el 32% presentaba deterioro cognitivo (dificultades para pensar), en comparación con el 16% de los sujetos con mayor nivel educativo. Entre los sujetos con menor nivel educativo, el deterioro cognitivo era un 14% más probable en quienes tenían contacto casi constante con disolventes clorados y derivados del petróleo. Trabajar con disolventes aromáticos bencénicos y no bencénicos aumentaba el riesgo de problemas cognitivos en un 24% y un 36%, respectivamente.
Según los autores del estudio, todo esto confirma que mejorar la calidad de la educación en los jóvenes puede proteger las capacidades cognitivas en etapas posteriores de la vida.
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