La envidia y la falta de opinión son consecuencia de una anomalía neurofisiológica

La envidia, la falta de opinión propia y, en general, una fuerte dependencia de la sociedad pueden ser consecuencia de una anomalía neurofisiológica.

Si sientes celos, no es necesariamente porque alguien tenga más suerte. Es simplemente que algunas áreas de tu cerebro interactúan con demasiada intensidad.

Todo niño lo sabe: el mejor juguete es el que le regaló su vecino. Este es probablemente uno de los pocos rasgos universales de la psique humana: los adultos, al igual que los niños, están convencidos de que lo mejor siempre pertenece a otro. El vecino tiene una vaca más sana, un coche mejor y una esposa más guapa. El filósofo francés René Girard construyó toda una teoría cultural sobre esta base, según la cual el desarrollo humano está impulsado por el "deseo mimético". La envidia y los celos son solo algunas, y las más obvias, de las encarnaciones de este fenómeno. Elegimos la misma comida y la misma ropa que otros, y gran parte de los trucos publicitarios están ligados al deseo de poseer lo que tiene otro.

Investigadores franceses del instituto INSERM decidieron averiguar si existen mecanismos neurofisiológicos que confirmen esta teoría y expliquen la tendencia generalizada a la envidia. A un grupo de voluntarios se les mostraron dos vídeos: en uno, se veía un caramelo sobre una mesa; en el otro, la mano de alguien elegía uno entre varios caramelos multicolores. A continuación, se les preguntó a los espectadores qué caramelo les gustaría recibir. Como era de esperar, el elegido por la persona del vídeo fue el más popular.

Al mismo tiempo, los investigadores utilizaron fMRI para monitorizar la actividad cerebral de los participantes del experimento. En primer lugar, observaron un aumento de la actividad de las neuronas espejo en el lóbulo parietal y la corteza premotora. En segundo lugar, se demostró una fuerte respuesta de las áreas del cuerpo estriado y la corteza prefrontal, encargadas de decidir si se debe prestar atención y energía a un objeto específico. El sistema de neuronas espejo se activa cuando una persona necesita repetir, "reflejar" algo; se cree que el aprendizaje del lenguaje se produce con la participación más activa del sistema espejo. Se demostró de inmediato que el sistema neuronal espejo está estrechamente conectado con el sistema de evaluación. Es decir, las neuronas espejo incitan a las neuronas de "valor" a evaluar lo que una persona ve a su alrededor. Es importante recordar que la función del "espejo" cerebral está relacionada precisamente con la repetición, la imitación de señales, gestos, sonidos, etc.

Según los científicos, cuanto más conectados estén estos dos sistemas cerebrales, más dependiente será una persona de un modelo externo para su comportamiento. Es decir, más probable será que elija el dulce que prefirió la persona del video. Todos nos hemos topado con alguien sin opinión propia, que cambiaba según lo que escuchaba de un interlocutor específico. Bueno, la ausencia de opinión, obviamente, no siempre indica cobarde ni adulador absoluto: ¿quizás esa persona simplemente no está bien de la cabeza?

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