Las mujeres privadas de sueño son más propensas a rechazar el sexo

En la universidad privada de investigación Duke, los expertos han descubierto que la falta de sueño afecta al deseo sexual y a la producción de hormonas sexuales.

Durante su trabajo, los científicos estudiaron a unas 200 mujeres, divididas en varios grupos. Durante el experimento, los especialistas crearon diversas condiciones para que las participantes durmieran y observaron la reacción de su cuerpo.

Los científicos han concluido que las mujeres necesitan un sueño reparador y de calidad (al menos 7-8 horas diarias). En el grupo de mujeres que durmieron las horas requeridas, se observó un mayor deseo sexual (los especialistas realizaron pruebas hormonales y utilizaron el método de comunicación biológicamente activa para determinar el estado psicológico de las mujeres).

El Dr. David Kalmbach, uno de los autores del estudio, observó que cada hora adicional de sueño (pero no más de 9 horas diarias) aumenta el deseo sexual de la mujer en un 15 %. Resulta que la producción de hormonas sexuales femeninas está directamente relacionada con la hormona del sueño y, según el Dr. Kalmbach, los sexólogos no tienen en cuenta la cantidad de sueño al trabajar con pacientes. Sin embargo, para disfrutar del sexo, es necesario dormir ni más ni menos del tiempo necesario, ya que tanto dormir poco como dormir demasiado son igualmente perjudiciales para la salud (experimentos han demostrado que también se produce una disminución del deseo sexual si una mujer duerme más de 9 horas diarias).

Timothy Morgentaler, director de la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño, señaló que es importante prestar atención a cómo se siente al despertar. Si se siente alerta después de 7 a 9 horas de sueño y su rutina no se ve afectada, no tiene sentido reducir o aumentar las horas de sueño.

En primer lugar, cada persona es individual y vale la pena tener en cuenta las características genéticas o culturales y tampoco olvidarse del género (las mujeres, debido al metabolismo hormonal, necesitan 1 hora más de sueño que los hombres).

Se sabe que la falta de sueño altera muchos procesos en el organismo; en particular, quienes duermen menos de 5 horas durante varios años envejecen 10 años antes que sus compañeros.

Además, expertos de la Universidad de Boston advierten que la falta de sueño afecta la sensibilidad a la insulina, importante para normalizar los niveles de azúcar. Además, la falta crónica de sueño provoca disfunciones del páncreas, lo que conlleva trastornos metabólicos y el inicio temprano del envejecimiento del cuerpo.

Un sueño insuficiente o intranquilo (con despertares frecuentes) altera la producción de colágeno, necesario para mantener la elasticidad y firmeza de la piel. Un sueño profundo y completo ayuda a relajar los músculos faciales, suavizar la piel y mejorar el aporte de nutrientes a las células cutáneas.

Si hablamos de diferencias de género, entonces, además de que las mujeres necesitan más descanso nocturno que los hombres, son más propensas a sufrir pesadillas.

Esta es la conclusión a la que llegaron especialistas ingleses tras un experimento de cinco años. Resultó que las mujeres sufren pesadillas con el doble de frecuencia (el 34 % de las chicas y el 19 % de los chicos).

Los científicos también han establecido que las pesadillas de las mujeres difieren de las de los hombres: son más aterradoras, con imágenes vívidas, y la trama del sueño es más sofisticada. Los expertos sugieren que esto se debe a la alta emotividad de las mujeres, que experimentan los eventos diurnos con mayor intensidad y no pueden distraerse por completo de los problemas.