Los antidepresivos durante el embarazo aumentan el riesgo de trastornos mentales en los niños

Estudios en animales han demostrado que los niveles elevados de serotonina en sangre durante el embarazo, causados por los antidepresivos, afectan negativamente el desarrollo del cerebro y aumentan el riesgo de trastornos mentales.

Recientemente, los científicos han descubierto que el neurotransmisor serotonina es necesario no solo para transmitir impulsos de neurona a neurona, sino que también desempeña un papel fundamental en la formación del cerebro. Unos niveles bajos de serotonina en las primeras etapas del desarrollo embrionario provocarán un procesamiento inadecuado de las señales sensoriales en el cerebro adulto. Tanto los animales como los humanos padecen deficiencia de serotonina: los estados depresivos en la madre pueden provocar un parto prematuro y trastornos psiconeurológicos en el niño, incluido el autismo.

Al mismo tiempo, como han establecido científicos de la Universidad de Mississippi (EE. UU.), un exceso de serotonina puede tener consecuencias prácticamente idénticas a su deficiencia. Los investigadores se basaron en observaciones preliminares que indicaban que los antidepresivos tomados por la madre durante el embarazo pueden provocar autismo en el niño. Para demostrarlo, los científicos recurrieron a experimentos con animales. Se seleccionó citalopram, un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina, como antidepresivo. Se trató a ratas con este antidepresivo durante el embarazo de la madre y después del parto, tras lo cual analizaron cómo afectaría al comportamiento y la estructura cerebral de los animales adultos.

Según los autores del artículo publicado en la revista PNAS, los varones expuestos a citalopram durante el embarazo mostraron un comportamiento más ansioso y antisocial. Eran más propensos a quedarse paralizados al oír un sonido desconocido, a negarse a explorar el entorno si veían un objeto o percibían olores desconocidos; de niños, evitaban jugar con otros. Este comportamiento, según los investigadores, presenta las principales características del trastorno autista. Además, todos estos trastornos se manifestaron predominantemente en varones, lo que concuerda con la imagen del autismo "humano", que se presenta tres veces más en niños que en niñas.

Se considera que uno de los principales receptores de serotonina en el cerebro son los núcleos del rafe, que determinan el desarrollo cerebral en algunas etapas de su desarrollo. Según la hipótesis de los científicos, el exceso de serotonina en los núcleos del rafe podría afectar el desarrollo de diversos centros, como el hipocampo y la corteza cerebral, y diversas funciones, desde la orientación hasta la memoria y las emociones. En su artículo, los científicos señalan que el antidepresivo provocó una interrupción de las conexiones entre los hemisferios cerebrales. A nivel celular, se registraron defectos en la formación de los procesos neuronales. Las neuronas desarrollaron deficientemente la vaina de mielina necesaria para la conducción normal de los impulsos eléctricos, lo que, según los investigadores, explica la interrupción de la comunicación entre los hemisferios. En animales sometidos a tratamiento antidepresivo, las neuronas mostraron una sincronización deficiente, lo que también afectó la formación de circuitos neuronales.

Claro que el sistema nervioso humano es diferente al de las ratas, por lo que los resultados del estudio no deben transferirse a las personas. Sin embargo, los datos obtenidos nos hacen reflexionar sobre el efecto que la psicofisiología materna tiene en la salud del futuro hijo y la importancia que debe prestar una mujer a su salud neuropsíquica.

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