Los bacteriófagos son más eficaces que los antibióticos

Los expertos estadounidenses confían en que en un futuro próximo los antibióticos serán reemplazados completamente por bacteriófagos, virus especiales que atacan a las bacterias patógenas.

Los bacteriófagos son reconocidos como el mejor agente antibacteriano. A pesar de que los científicos crean antibióticos cada año más nuevos y potentes, las células bacterianas gradualmente inventan contramedidas, mostrando resistencia al tratamiento.

Esto no se puede decir de los bacteriófagos. La resistencia a los antibióticos es uno de los problemas médicos fundamentales, comparable a la creciente incidencia del cáncer, la aterosclerosis y la diabetes. Los representantes de la OMS creen que el desarrollo de resistencia a los antibacterianos amenaza la salud futura e incluso supone un riesgo alimentario para los seres humanos.

Sin embargo, la resistencia no es la única desventaja de la terapia con antibióticos. Los antibióticos omnívoros también destruyen la flora beneficiosa que habita en los intestinos, la piel y los órganos genitourinarios. La disbiosis a menudo causa inflamación, patologías metabólicas e incluso malignas. Y las personas no siempre son conscientes de la magnitud del problema.

Investigadores que estudian nutrición y ciencia de los alimentos en la Universidad George Mason en Virginia han comenzado a investigar el potencial medicinal de los bacteriófagos, con la idea de utilizarlos como reemplazo de los antibióticos.

Casi donde hay microbios, también hay bacteriófagos. Estos microorganismos se encuentran entre los más numerosos de nuestro planeta. Por ejemplo, los médicos conocen bien el bacteriófago estafilocócico, pero su efecto en el curso de la infección microbiana ha sido poco estudiado. Algunos expertos incluso consideran riesgoso el uso de estos fármacos.

La peculiaridad de los "devoradores de microbios" reside en su selectividad. Es decir, si la acción del bacteriófago estafilocócico se dirige a destruir los estafilococos, el fármaco no afectará a los lactobacilos.

“El uso de estos agentes virales resuelve por completo el problema del desarrollo de la disbiosis: los microorganismos beneficiosos se conservan y continúan su desarrollo y actividad para mantener nuestra salud”, explica uno de los investigadores, el profesor Taylor K. Wallace.

Un grupo de científicos realizó un experimento con voluntarios que padecían disbiosis intestinal profunda. Los participantes se dividieron en grupos: los del primer grupo recibieron tratamiento con bacteriófagos y los del segundo, un placebo.

Un mes después del inicio del experimento, los participantes tuvieron un descanso de 14 días del tratamiento. Después, se intercambiaron los grupos.

Como resultado, durante el tratamiento con bacteriófagos, los intestinos de los pacientes se saturaron con microflora natural. En pacientes con síndrome metabólico diagnosticado, se observó un aumento en la colonización de bifidobacterias beneficiosas, en paralelo con una disminución en el número de clostridios. Y lo más importante: no se detectó ningún efecto secundario durante la terapia.

Cabe destacar que hace casi cien años, los bacteriófagos comenzaron a usarse como fármacos antimicrobianos. Sin embargo, tras el descubrimiento de los antibióticos, cayeron inmerecidamente en el olvido.

Los resultados del último proyecto de investigación se presentaron en la conferencia regular de la Sociedad Americana de Nutrición, celebrada este año en Boston. Puede consultar toda la información en el sitio web de la Sociedad Americana de Nutrición.

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