Salvar el bosque - salvarnos del calentamiento global

Los líderes mundiales se reunieron recientemente en la capital francesa para debatir el calentamiento global y cómo combatir el cambio climático. La forma más probable de reducir el impacto ambiental es abandonar los combustibles fósiles, pero es difícil predecir con qué rapidez podremos cambiar a fuentes de energía renovables.

Todos los jefes de Estado coincidieron en la necesidad de abandonar los combustibles fósiles cuanto antes, ya que contaminan el aire con dióxido de carbono y su uso alternativo son las energías renovables. Sin embargo, no debemos subestimar otras maneras de mejorar la situación. Por ejemplo, en el caso de los bosques tropicales, existen numerosas razones por las que es necesario no solo preservar los bosques que quedan en el planeta, sino también restaurarlos. En primer lugar, son el hábitat de la flora y la fauna, y algunas especies de plantas o animales no se adaptan a la vida en otros lugares y mueren.

Además, los bosques son una especie de “filtro” para nuestro planeta; limpian el aire después de las emisiones nocivas.

Una revista medioambiental publicó un artículo en el que expertos afirman que es posible reducir a la mitad la cantidad de emisiones nocivas de dióxido de carbono a la atmósfera preservando los bosques y permitiendo que se recuperen.

Es un hecho conocido que los bosques son uno de los principales sumideros de carbono del planeta, pero hoy en día, debido a la deforestación y degradación de los bosques tropicales, el nivel de emisiones nocivas a la atmósfera está aumentando.

Además de datos estadísticos, el artículo indica posibles salidas a la situación actual, en particular, cómo preservar y restaurar los bosques tropicales. En primer lugar, es necesario detener la destrucción de los bosques, lo que a su vez frenará las emisiones a la atmósfera directamente relacionadas con las operaciones de tala.

En segundo lugar, los bosques que ahora se están recuperando de daños anteriores absorben más sustancias nocivas del aire (aproximadamente 3 gigatoneladas por año).

Por supuesto, tomar la decisión de detener la deforestación puede ser difícil, ya que la tala de árboles permite que enormes extensiones de tierra se destinen a la agricultura o la construcción de infraestructuras. Pero en el otro extremo de la balanza está el futuro del planeta y de toda la humanidad. Según los autores del artículo, restaurar 200 millones de hectáreas de bosque (que, por cierto, hoy en día no se utilizan productivamente) eliminaría una gigatonelada de emisiones nocivas al año durante décadas.

El artículo destaca que los bosques tropicales pueden ayudar a superar con mayor suavidad la transición hacia el abandono de los combustibles fósiles y detener el aumento de las temperaturas, reduciendo así los niveles críticos de calentamiento. Esto se debe, en parte, a que cada año, a medida que los árboles crecen, su absorción de dióxido de carbono disminuye. Además, si la temperatura media del aire en el planeta continúa aumentando al mismo ritmo, el cambio climático podría causar daños irreparables a los bosques y afectar su capacidad de recuperación.

Cabe destacar que la restauración forestal es actualmente una tarea más viable que el abandono de los combustibles fósiles, pero aún requiere mucho trabajo. Los jefes de Estado deben comprender la importancia de las medidas para reducir las emisiones nocivas a la atmósfera y dirigir todos los esfuerzos a su implementación.