Un estudio halla 16 metales en marcas de tampones muy extendidas

En un estudio publicado recientemente en la revista Environment International, un equipo de investigadores estadounidenses analizó la presencia de metales en los tampones, ampliamente utilizados por las mujeres durante la menstruación.

El estudio probó 30 tampones de 18 líneas de productos y 14 marcas para detectar 16 metales o metaloides y comparó las concentraciones de metales según las características del tampón.

Casi el 50% de la población mundial es biológicamente femenina y menstrúa. La menstruación comienza, en promedio, a los 12 años y continúa hasta la menopausia, que ocurre alrededor de los 50 años. Las mujeres que menstrúan sangran un promedio de cuatro días por ciclo menstrual, que ocurre cada 29 días.

Una proporción significativa de mujeres que menstrúan usan tampones para controlar el sangrado. Los tampones son insertos de rayón, algodón o rayón que se insertan en la vagina, donde absorben la sangre menstrual.

Estudios previos han identificado una variedad de sustancias químicas en los tampones, incluidos hidrocarburos aromáticos policíclicos, parabenos, compuestos orgánicos volátiles, dioxinas, etc.

Sin embargo, pocos estudios han examinado la posible exposición a metales a través de tampones.

En el estudio actual, los investigadores buscaron medir las concentraciones de 16 metales o metaloides en 14 marcas de tampones. El estudio analizó la presencia de los siguientes metales en los tampones: arsénico, bario, calcio, cadmio, cobalto, cromo, cobre, hierro, mercurio, manganeso, níquel, plomo, selenio, estroncio, vanadio y zinc.

Se probaron un total de 30 muestras de cinco niveles de absorbencia diferentes, que representan 18 líneas de productos (diferentes tampones de la misma marca) y 14 marcas.

Las muestras incluían marcas populares de minoristas en línea y marcas blancas de importantes cadenas minoristas de Estados Unidos. También se adquirieron tampones en tiendas en línea de Grecia y el Reino Unido.

Los tampones generalmente constan de un núcleo absorbente, que en algunos tampones está rodeado por una cubierta exterior no tejida y un cordón para facilitar su extracción.

Si se encontraba un recubrimiento exterior, se tomaron muestras tanto del núcleo absorbente como del recubrimiento exterior. Las muestras se digirieron con ácido y se procesaron por duplicado.

Todas las concentraciones de metales se midieron mediante espectrometría de masas con plasma acoplado inductivamente, aunque se empleó un método ligeramente diferente para medir las concentraciones de mercurio en comparación con los demás metales. Se calcularon los límites de detección y cuantificación del método.

Se caracterizaron las distribuciones de concentraciones de metales en tampones y se evaluó la heterogeneidad de las concentraciones de metales dentro de los tampones.

Los investigadores también compararon la variabilidad en las concentraciones de metales dentro de los tampones con la variabilidad entre tampones.

Además, se utilizaron los valores medianos de las concentraciones de metales en los tampones para comparar la variabilidad entre tampones inorgánicos y orgánicos, tampones con aplicador de cartón o plástico y tampones sin aplicador, marcas de tiendas y marcas conocidas, y tampones comprados en Estados Unidos, Reino Unido y Grecia.

El estudio encontró la presencia de los 16 metales en los distintos tipos y marcas de tampones que probaron.

Se detectaron concentraciones significativas de varios metales tóxicos, como cadmio, plomo y arsénico, pero la presencia de mercurio o cromo fue insignificante. El calcio y el zinc se encontraron en concentraciones más altas que otros metales.

La variabilidad en las concentraciones de metales dentro de un tampón fue baja, pero la variabilidad fue alta entre diferentes tipos y marcas de tampones.

Las concentraciones de metales también variaron significativamente según las características de los tampones, como tampones inorgánicos y orgánicos, de marca y de marca blanca, y tampones comprados en el Reino Unido o Europa y en EE. UU. Sin embargo, ninguna de estas categorías presentó concentraciones consistentemente bajas de todos los metales.

La presencia de plomo en todos los tampones analizados fue especialmente preocupante. La filtración de plomo al torrente sanguíneo puede provocar depósitos en los huesos, que reponen el calcio y pueden persistir en el organismo durante largos periodos.

Se sabe que incluso niveles bajos de plomo tienen efectos tóxicos en el sistema nervioso y el comportamiento, así como en la salud renal, reproductiva, inmunológica, cardiovascular y del desarrollo.

El estudio también analizó los efectos tóxicos de otros metales presentes en las muestras de tampones. La contaminación de los tampones con estos metales puede ocurrir durante la fabricación, a través de la precipitación atmosférica o las aguas residuales de la producción de materias primas.

Esto también puede ocurrir durante el proceso de fabricación o mediante productos agregados a los tampones para lograr un efecto antimicrobiano, lubricación o control del olor.

En general, el estudio encontró que una amplia gama de tampones vendidos en línea o en grandes cadenas minoristas en los EE. UU., el Reino Unido y Europa contenían trazas o cantidades significativas de 16 metales, la mayoría de los cuales tienen efectos tóxicos en el cuerpo.

Dado que estos metales pueden filtrarse durante el uso y ser absorbidos por el cuerpo a través del epitelio vaginal, ingresando directamente al torrente sanguíneo, se necesitan más investigaciones para confirmar estos hallazgos, después de lo cual se requerirán estándares de fabricación estrictos para los tampones.