Cuerpos extraños intestinales - Causas de ingestión

Los cuerpos extraños entran en el intestino ya sea por ingestión accidental (por ejemplo, carozos de fruta, huesos de carne o de pollo, etc.), o con fines suicidas (agujas, clavos, fragmentos de vidrio, etc.).

Existen diversas razones por las cuales cuerpos extraños ingresan al tracto digestivo.

1. Presencia intencional de cuerpos extraños en la boca; hábito de guardar objetos no comestibles en la boca. Esto se observa generalmente en niños pequeños, así como en zapateros, artesanos, sastres y carpinteros, quienes tienen la costumbre de guardar agujas, clavos y otros objetos pequeños necesarios para su trabajo. Naturalmente, al toser, hablar con otras personas o intentar tragar saliva, se puede ingerir un cuerpo extraño.
2. La necesidad de usar constantemente prótesis dentales, que, si no están bien fijadas en la boca o en circunstancias adicionales (ataques de tos intensos, risa, comida, enfermedad general grave, diversos grados de alteración de la consciencia), pueden ser ingeridas. Las coronas dentales representan un riesgo menor debido a su menor tamaño, pero si no están bien fijadas y se dan varias de las circunstancias mencionadas, a menudo se ingieren o penetran en las vías respiratorias.
3. El descuido en la preparación de alimentos, como resultado de lo cual el plato terminado puede contener trozos de vidrio al abrir latas de vidrio, algunos objetos pequeños, como agujas, botones, si el ama de casa está ocupada con otras tareas domésticas al mismo tiempo que prepara la comida, etc. En algunos casos, debido al descuido de las personas que preparan la comida, puede contener pequeños trozos de hueso triturado (carne de res, pollo, pescado), no retirados durante el procesamiento preliminar de la carne, aves, pescado.
4. No tomar suficientemente en serio el proceso de comer: hablar mientras se come, reír, comer apresuradamente, fumar, leer el periódico o un libro en la mesa: todo esto puede llevar a ingerir cuerpos extraños que terminan accidentalmente en la comida (huesos de carne, pescado o pollo, carozos de fruta).
5. Comer bajo fuertes ebriedades.
6. Disminución de la sensibilidad de la mucosa oral, por ejemplo en pacientes con dentadura postiza, en los que la placa de plástico de la dentadura cubre una parte importante del paladar duro, así como en determinadas enfermedades, tomando una serie de medicamentos que pueden provocar anestesia de la cavidad oral (anestesina, almagel A, etc.).
7. Evaluación insuficiente del peligro de ingestión de cuerpos extraños, que se observa en la primera infancia, en pacientes debilitados y en la demencia senil.
8. Ingestión intencional de objetos extraños por parte de personas con enfermedades mentales, durante intentos de suicidio y también en algunos casos durante intentos deliberados de autolesión.

A menudo se produce un efecto combinado de varios de los factores anteriormente mencionados, por ejemplo, la ingestión de una prótesis dental mal fijada por un paciente en estado de intoxicación alcohólica grave durante una comida, una conversación alegre que provoca risas, etc.

Cabe señalar que cuando un cuerpo extraño con bordes afilados se retiene en el esófago, suele lesionar su pared. Los cuerpos extraños relativamente grandes pueden permanecer retenidos en el estómago durante mucho tiempo, ya que su paso por el píloro les dificulta un poco el tránsito. Sin embargo, el paso posterior de cuerpos extraños a través del intestino delgado suele ocurrir sin impedimentos. Los cuerpos extraños con bordes afilados, como espinas de pescado, objetos metálicos afilados e incluso agujas de coser, en la mayoría de los casos pasan por el intestino sin impedimentos y salen naturalmente durante la defecación. Naturalmente, este resultado es el más favorable para el paciente.

La literatura contiene descripciones de casos casuísticos de particular interés. H. Bamberger (1858) describe la siguiente observación: una joven se tragó un paquete de agujas envuelto en papel con intención suicida. A lo largo de varias semanas, expulsó 408 agujas con sus heces sin dañar el tracto digestivo. Casos similares se han descrito repetidamente en la literatura desde entonces.

Al entrar en el intestino, el destino posterior de un cuerpo extraño puede ser el siguiente: pasa a través del intestino sin obstáculos y después de un cierto período de tiempo, correspondiente al tiempo de paso del contenido a través del intestino, como se indicó anteriormente, sale naturalmente durante la defecación (que se observa con mayor frecuencia); permanece durante mucho tiempo en alguna parte del intestino, sin causar síntomas clínicos; un cuerpo extraño (o múltiples cuerpos extraños) en el intestino causa complicaciones que afectan significativamente la condición del paciente (perforación de la pared intestinal y peritonitis, absceso, cambios necróticos en la pared intestinal debido a la presión del cuerpo extraño, sangrado intestinal, obstrucción intestinal).

Las principales causas de retención de cuerpos extraños en el intestino grueso se pueden clasificar de forma condicional.

1. Razones relacionadas con el propio cuerpo extraño: gran tamaño, características de la forma del cuerpo extraño que contribuyen a su fijación en el tracto digestivo (por ejemplo, dentaduras postizas), extremos afilados que pueden lesionar la pared intestinal y fijarse en ella (agujas de coser, huesos afilados de pescado y pollo).
2. Causas locales directamente relacionadas con el estado del intestino o parte de él:
   1. Trastornos funcionales: discinesia intestinal, hipertonicidad, contracciones espásticas de la pared intestinal, atonía intestinal;
   2. Cambios orgánicos que contribuyen a la fijación de un cuerpo extraño: divertículos, tumores, pólipos, lesiones inflamatorias-ulcerosas, granulomatosas debidas a diversas enfermedades (enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa inespecífica, lesiones tuberculosas).

A menudo, la retención de un cuerpo extraño en el intestino se ve facilitada por la acción simultánea de varios de los factores mencionados (discinesia espástica del colon y la presencia de una obstrucción orgánica en forma de tumor o pólipo). Debe tenerse en cuenta que diversos procesos locales (inflamación, daño tumoral) pueden causar, por sí mismos, trastornos funcionales intestinales.

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