Los paralíticos podrán reanudar una vida plena

En un futuro próximo, la parálisis dejará de considerarse una enfermedad incurable y las personas paralizadas podrán reintegrarse plenamente a la sociedad. Los científicos no cesan la investigación en este campo; los especialistas ya han desarrollado y siguen mejorando exoesqueletos (los llamados "esqueletos externos"), inicialmente diseñados para uso militar con el fin de aumentar la fuerza, pero que con el tiempo han encontrado aplicación en la medicina, ayudando a personas con diversos trastornos musculoesqueléticos (lesiones, vejez) a recuperar la movilidad.

Recientemente, en el Mundial de Brasil 2014, se produjo un hito no solo para la medicina, sino también para la robótica. El primer golpe simbólico de balón lo dio un parapléjico. Juliano Pinto, de 29 años, con un exoesqueleto, logró algo que hasta hace poco se consideraba casi imposible con el poder de su pensamiento. El desarrollo de este traje robótico llevó varios años y en él trabajaron más de 150 investigadores de todo el mundo.

Pocos días después de este importante acontecimiento científico, se supo que un hombre con los brazos paralizados había recuperado la movilidad de sus extremidades. Jan Burkhar, quien había sufrido parálisis de las extremidades superiores hacía varios años tras una lesión cervical, participó en el experimento y probó la médula espinal virtual. Según los expertos, Jan era el candidato ideal para este ambicioso proyecto científico, dada su corta edad (23 años) y las particularidades de su lesión.

A principios de abril de 2014, los médicos realizaron un pequeño orificio en el cráneo de Ian e implantaron un chip especialmente diseñado en su cerebro. El procedimiento, llamado "Tecnología Neurobridge", permitió a Ian enviar impulsos a electrodos que contraían los músculos debilitados de sus brazos.

Hay un total de 96 electrodos que permiten leer con mayor precisión las señales enviadas por el chip. Además, los electrodos ayudan a controlar muchos músculos de las manos.

En primer lugar, a Jan le llevó un tiempo aprender a controlar el cursor de la computadora con el poder del pensamiento, y con el tiempo sus tareas se volvieron cada vez más complejas. Como observaron los médicos, incluso si Jan hubiera logrado mover solo un dedo, el experimento podría haberse considerado un éxito, pero como resultado, Jan hizo mucho más: pudo levantar una cuchara con la mano paralizada usando el poder de su propio pensamiento.

Como resultado, el experimento fue un éxito, la tecnología se puso en práctica y los especialistas quedaron satisfechos con el resultado. Este proyecto de investigación demuestra el gran avance que ha dado la humanidad. Tecnologías similares permitirán en el futuro eliminar las consecuencias de lesiones o enfermedades que causan parálisis. Cabe destacar que estos importantes resultados en este ámbito se logran gracias a decisiones audaces y tecnologías extraordinarias.

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