Las profesiones con las que los trabajadores se sienten más insatisfechos son las siguientes

Quejarse de un trabajo que no nos gusta debería, en teoría, brindar algún tipo de alivio emocional. Pero ¿qué pasa si descubres que estas quejas te están quitando 106 días de tu vida?

Una persona promedio dedica 14,5 minutos al día a quejarse de su trabajo con amigos y familiares al llegar a casa por la noche. Esta es la conclusión a la que llegaron sociólogos británicos que encuestaron a 2.000 adultos que trabajaban para una empresa de muebles. Resultó que, para la mayoría, los pensamientos que expresaban sobre el trabajo tienen un valor terapéutico: les ayudan, como dicen, a desahogarse y a sentirse más ligeros. Aproximadamente la mitad de los encuestados (45 %) se sienten menos relajados este año que el año pasado.

"La necesidad de trabajar y mantener a una familia ejerce presión sobre las personas", afirma la autora del estudio, Christine Stoddart. "Por eso, los temas de trabajo y dinero son clave en las conversaciones. Se discuten en la sala, la cocina, la habitación de los niños e incluso el dormitorio. Sea cual sea el trabajo que se tenga, es importante desarrollar la capacidad de desconectar por completo de las preocupaciones asociadas. Por ejemplo, por las noches, cuando se puede pasar tiempo con la familia y los amigos".

Los jóvenes y las mujeres son los menos capaces de desconectar. Casi el 50% de los representantes de estas dos categorías admitieron en la encuesta que no podían dejar de pensar en el trabajo fuera del apartamento. Curiosamente, la profesión más difícil en este sentido fue la de peluquero/a: a sus dueños les cuesta más olvidarse del trabajo diario. Les siguen los/las cocineros/as y los/las enfermeros/as.

Bueno, el lugar más popular para quejarse del trabajo resultó ser el sofá de casa. Aquí, el 56% de los encuestados comparte sus experiencias. El 16% se queja mientras se toma un baño caliente. De media, una persona necesita 45 minutos para desconectar tras terminar la jornada laboral.

Cabe destacar que no existen profesiones ideales; cada una tiene sus pros y sus contras. Al elegir una profesión, la mayoría de las veces desconocemos (o no queremos saber) sus desventajas objetivas y la juzgamos basándose en información de la publicidad y las películas. Sin embargo, para personas con diferentes deseos y recursos internos, algunas dificultades parecen insuperables, mientras que otras son bastante soportables.

Cualquier característica objetiva de una profesión, incluidas sus desventajas, adquiere importancia en relación con las características individuales de cada persona. Si una persona tiene predisposición a una enfermedad específica, la profesión puede potenciarla o, por el contrario, impedir su desarrollo. Si una persona es ambiciosa y se esfuerza por forjarse una carrera, no debería elegir una profesión donde todas las oportunidades de crecimiento profesional estén claramente definidas. Por lo tanto, al elegir una futura profesión, es necesario evaluar correctamente sus características.