Los expertos han rehabilitado el horno microondas e instan a los consumidores a utilizarlo activamente

Hoy en día, un horno microondas se encuentra en casi todos los hogares. Permite calentar alimentos rápidamente y facilita enormemente la vida de las amas de casa. Su principio de funcionamiento se basa en la emisión de ondas de radio que, al penetrar en el producto, provocan una mayor vibración en las moléculas. Más precisamente, las ondas de radio solo hacen vibrar las moléculas de agua, lo que calienta el producto.

Con la llegada de este electrodoméstico, comenzaron a aparecer diversos rumores, no confirmados por ninguna investigación, según los cuales los productos cocinados o calentados en el microondas son peligrosos para la salud, inseguros para niños y mujeres embarazadas y pueden provocar tumores cancerosos.

Hace aproximadamente un cuarto de siglo, la bioquímica Lita Lee, de la Universidad de Colorado, observó que todo horno microondas produce radiación electromagnética, y que los alimentos que se consumen en él se vuelven tóxicos y cancerígenos. Posteriormente, aparecieron otras críticas negativas sobre los hornos microondas.

Sin embargo, los consumidores prefirieron la comodidad y las diversas advertencias no afectaron la demanda de hornos microondas.

Tras un estudio exhaustivo de este electrodoméstico, expertos occidentales observaron que el microondas no causa ningún daño y recomendaron su uso activo. En primer lugar, destacaron su comodidad: el tiempo de cocción o calentamiento de los alimentos se reduce significativamente y, como es sabido, cuanto menor sea el tiempo de tratamiento térmico, más nutrientes conservará. Por ejemplo, para calentar verduras en el microondas, bastan de 3 a 5 minutos, mientras que freírlas en aceite produce grandes cantidades de sustancias cancerígenas.

Además, el horno microondas desinfecta muy bien los platos de plástico. Es bien sabido que bacterias peligrosas como la E. coli o la salmonela se multiplican en las tablas de cortar. Un estudio de la Universidad de Wisconsin demostró que, para eliminar las bacterias de una tabla de cortar, basta con meterla en el microondas unos minutos. Lo mismo se puede hacer con las esponjas sucias para lavar platos. Los expertos recomiendan enjuagar la esponja sucia con zumo de limón y vinagre antes de meterla en el microondas.

Además, un horno microondas puede ayudar a revitalizar la miel cristalizada. Para ello, basta con colocar un frasco de miel en el microondas durante 30 segundos y la miel recuperará su aspecto original. También se puede acelerar el proceso de fermentación de la masa en el microondas. Algunos expertos sugieren rehabilitar cosméticos antiguos utilizando el mismo microondas. Por ejemplo, el grupo de investigación de Jacqueline Mariani concluyó que si se coloca rímel (previamente abierto, sin cepillo de aplicación) y una taza de agua en el microondas, después de unos minutos, el rímel seco se suavizará de nuevo y podrá usarse durante varias semanas más.

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