Los perros ayudan a las personas a gestionar el estrés mejor de lo que esperaban los investigadores

En una encuesta realizada en 2022 a 3000 adultos estadounidenses, más de un tercio de los encuestados afirmó sentirse "completamente abrumado" por el estrés la mayoría de los días. Al mismo tiempo, cada vez más investigaciones documentan los efectos negativos del estrés elevado para la salud, incluyendo un mayor riesgo de cáncer, enfermedades cardiovasculares, trastornos autoinmunes e incluso demencia.

Dado que es poco probable que la vida cotidiana de las personas se vuelva menos estresante en el futuro cercano, se necesitan formas simples y efectivas de mitigar estos efectos.

Los perros pueden ayudar aquí.

Como investigadores del Instituto para el Vínculo Humano-Animal de la Universidad de Denver, estudiamos la influencia de los animales de compañía en sus dueños.

Docenas de estudios realizados en los últimos 40 años han confirmado que tener perros como mascota ayuda a las personas a sentirse más relajadas. Esto explica el creciente fenómeno de personas que recurren a perros de apoyo emocional para afrontar los desafíos cotidianos. También se ha demostrado que los dueños de perros tienen un 24 % menos de riesgo de muerte y cuatro veces más probabilidades de sobrevivir al menos un año después de un infarto.

Ahora, una nueva investigación que realicé con un equipo de colegas sugiere que los perros podrían tener un efecto biológicamente más profundo y complejo en los humanos de lo que se creía. Y esta complejidad podría tener graves implicaciones para la salud humana.

Cómo funciona el estrés

La respuesta humana al estrés es un conjunto de vías fisiológicas perfectamente armonizadas y coordinadas. Estudios previos sobre los efectos de los perros en el estrés humano se han centrado en una sola vía a la vez. En nuestro estudio, adoptamos un enfoque más amplio y medimos múltiples indicadores biológicos de la condición corporal (biomarcadores) de los dos principales sistemas de estrés del cuerpo. Esto nos permitió obtener una visión más completa de cómo la presencia de un perro afecta el estrés humano.

Los sistemas de estrés que medimos fueron el eje hipotálamo-hipofisario-suprarrenal (HPA) y el eje simpático-suprarrenal (SAM).

Cuando una persona se enfrenta a un evento estresante, el eje SAM reacciona rápidamente, desencadenando la respuesta de lucha o huida, que incluye la liberación de adrenalina y un aumento de energía para afrontar las amenazas. Esta respuesta se puede medir mediante los niveles de la enzima alfa-amilasa.

Al mismo tiempo, pero a un ritmo ligeramente más lento, el eje HPA activa las glándulas suprarrenales para producir la hormona cortisol, que ayuda a afrontar amenazas que duran horas o incluso días. Si todo marcha bien, una vez pasado el peligro, ambos ejes vuelven a la calma.

Aunque el estrés puede ser una sensación desagradable, es importante para la supervivencia humana. Nuestros antepasados cazadores debían responder eficazmente a situaciones de estrés agudo, como el ataque de un animal. En tales casos, reaccionar de forma exagerada o insuficiente podía ser igualmente peligroso. Mantenerse en la "zona óptima" de la respuesta al estrés maximizaba las posibilidades de supervivencia.

Más que sólo cortisol

Una vez que las glándulas suprarrenales liberan cortisol, este acaba en la saliva, lo que lo convierte en un biomarcador útil para el seguimiento de las respuestas. Por ello, la mayoría de los estudios sobre los efectos de los perros en el estrés humano se han centrado únicamente en el cortisol salival.

Por ejemplo, varios estudios han demostrado que las personas expuestas a una situación estresante tenían una respuesta de cortisol menor cuando tenían un perro cerca que cuando estaban solas, e incluso menor que cuando tenían un amigo cerca.

Si bien estos estudios demostraron que la presencia de un perro puede reducir los niveles de cortisol durante un evento estresante (lo que indica que una persona está más tranquila), sospechábamos que esto era solo parte del panorama.

Lo que mostró nuestra investigación

En nuestro estudio, invitamos a aproximadamente 40 dueños de perros a completar una prueba de estrés de laboratorio estándar de 15 minutos que incluía hablar en público y contar verbalmente frente a un panel de personas con rostros neutrales que se hacían pasar por conductistas.

Los participantes fueron asignados aleatoriamente a uno de dos grupos: uno llevó a su perro al laboratorio y el otro lo dejó en casa. Se midió el cortisol en muestras de sangre tomadas antes, inmediatamente después y aproximadamente 45 minutos después de la prueba como marcador de la actividad del eje HPA. A diferencia de estudios previos, también se midieron los niveles de la enzima alfa-amilasa en las mismas muestras de sangre como marcador de la actividad del eje SAM.

Como era de esperar, las personas con perros presentaron un aumento menor de cortisol. Sin embargo, también observamos que las personas con perros presentaron un aumento claro de alfa-amilasa, mientras que las personas sin perros prácticamente no mostraron respuesta.

La falta de respuesta puede parecer una buena señal, pero, de hecho, una respuesta plana de la alfa-amilasa puede ser un signo de disfunción del sistema de estrés, que se observa a menudo en personas con altos niveles de estrés, estrés crónico o incluso trastorno de estrés postraumático (TEPT).

En cambio, los participantes con perros mostraron una respuesta más equilibrada: su cortisol no aumentó demasiado, pero su alfa-amilasa se mantuvo activa. Esto demuestra que estuvieron alertas y concentrados durante la prueba, y que pudieron volver a la normalidad en 45 minutos. Este es el punto óptimo para una gestión eficaz del estrés. Nuestra investigación sugiere que los perros nos ayudan a mantener una respuesta saludable al estrés.

Los perros y la salud humana

Una comprensión más profunda de los efectos biológicos de los perros en las respuestas humanas al estrés abre nuevas posibilidades. Basándonos en nuestros hallazgos, nuestro equipo ha iniciado un nuevo estudio que utiliza miles de biomarcadores para explorar más a fondo cómo los perros de servicio psiquiátrico ayudan a reducir el TEPT en veteranos militares.

Pero algo ya está claro: los perros son más que una buena compañía. Pueden ser una de las herramientas más accesibles y eficaces para mantenerse sanos en un mundo estresante.