¿Por qué no se deben utilizar aparatos en presencia de niños?

El comportamiento de un niño puede empeorar si sus padres usan activamente el teléfono inteligente en su presencia, ven la televisión constantemente, etc. Es especialmente importante no usar dispositivos electrónicos durante las comidas compartidas, los juegos familiares o al prepararse para dormir. Estos hallazgos fueron compartidos por empleados de la Universidad de Michigan en la publicación Pediatric Research.

El uso sistemático de dispositivos electrónicos tiene un impacto negativo en la comunicación humana adecuada y real. En Estados Unidos, incluso existe un término equivalente, «tecnoferencia», que denota interferencia tecnológica.

Hace poco, un estudio científico demostró lo siguiente: los padres usan teléfonos inteligentes, portátiles, tabletas y televisores entre 8 y 10 horas diarias. Un tercio de este tiempo se dedica a los teléfonos inteligentes (probablemente debido a su portabilidad y funcionalidad). Los padres no quitan la vista del teléfono durante las comidas, al pasear con el niño y en cualquier momento oportuno. Al mismo tiempo, se desarrollan activamente los conceptos de socialización y la esfera emocional del bebé. Según los científicos, estar constantemente al teléfono hace que la comunicación con sus hijos sea más escasa y las conversaciones más agresivas (después de todo, los niños distraen intentando llamar la atención de los adultos).

El estudio involucró a 337 adultos con hijos menores de cinco años. Los participantes adultos completaron un cuestionario donde proporcionaron información sobre las relaciones familiares y la crianza del niño. Los padres debían registrar cuántas veces al día se comunicaban con sus hijos y cuántas veces se negaban a comunicarse con ellos por estar ocupados con un dispositivo. También debían evaluar el comportamiento de sus hijos, indicando su grado de vulnerabilidad, la frecuencia de mal humor y ataques de ira, etc. Además, se les pidió que analizaran su propio nivel de resistencia al estrés y su tendencia a desarrollar estados depresivos, y que determinaran con qué frecuencia sus hijos usan teléfonos inteligentes y otros dispositivos.

Tras analizar detenidamente la información obtenida durante la encuesta, los expertos llegaron a las siguientes conclusiones: diversos dispositivos técnicos ayudan a los adultos a minimizar el estrés general durante el día, así como el causado por el mal comportamiento de sus hijos. Sin embargo, también se detectaron problemas importantes: la tecnología impedía que los adultos se comunicaran con normalidad en el seno familiar, lo que condujo a un deterioro aún mayor de las relaciones con los niños. Un hijo de padres constantemente ocupados con dispositivos electrónicos es más propenso a la histeria y la depresión. Como resultado, las madres y los padres se ven aún más inmersos en la red, creando una especie de círculo vicioso.

Los expertos están convencidos de que el uso sistemático de teléfonos inteligentes, computadoras y televisores tiene un impacto negativo tanto en padres como en hijos. Según las estadísticas, incluso un solo dispositivo de este tipo puede interferir con el tiempo que los padres pasan con sus hijos.

La información se presenta en el sitio web https://www.nature.com/articles/s41390-018-0052-6