La histoplasmosis ocular es una enfermedad causada por el hongo Histoplasmia capsulatum, que existe en dos formas: en los seres humanos, como levadura, y en el suelo contaminado, como moho.
La coriorretinitis toxoplásmica se asocia con mayor frecuencia a una infección intrauterina. Las manifestaciones clínicas de daño ocular no siempre se detectan al nacer ni en la primera infancia.
Los procesos distróficos en la coroides pueden ser de naturaleza hereditaria o secundaria, por ejemplo, consecuencia de procesos inflamatorios previos.
La iridociclitis es una enfermedad inflamatoria del iris y el cuerpo ciliar. El proceso inflamatorio en la parte anterior del tracto vascular puede comenzar en el iris (iritis) o en el cuerpo ciliar (ciclitis).
Los procesos distróficos en el iris y el cuerpo ciliar son poco frecuentes. Una de estas enfermedades es la distrofia de Fuchs o síndrome de Fuchs heterocrómico.
En las primeras etapas del desarrollo del órgano visual, pueden formarse malformaciones del iris, causadas por el no cierre del extremo anterior de la hendidura de la copa óptica, lo que se manifiesta como un defecto del iris: coloboma congénito del iris.
La aniridia congénita es la ausencia del iris. Tras un examen minucioso, a veces se encuentran pequeños fragmentos de la raíz y del iris. Esta patología puede combinarse con otros defectos del desarrollo, como microftalmos, subluxación del cristalino y nistagmo.
Las hemorragias vítreas suelen producirse debido a alteraciones en las paredes de los vasos y el tracto vascular de la retina. Se rompen debido a traumatismos y cirugías intraoculares, así como a procesos inflamatorios o degenerativos (hipertensión, aterosclerosis, diabetes mellitus).
